martes, 30 de septiembre de 2008

El día del fin del mundo

En cualquier momento la Tierra puede desaparecer por culpa de la irresponsabilidad de un grupo de físicos de partículas; justo cuando se produzca la primera colisión en el acelerador de partículas LHC de Ginebra.
Menos mal que un reducido grupo de científicos, entre los que se cuenta un español con unas coloristas ideas del universo -todo lo que contiene está vivo, estrellas y galaxias incluidas-, luchan por poner freno a semejante desatino: han denunciado ante diferentes tribunales, incluido el de Derechos Humanos de Estrasburgo, a ese grupo de científicos locos del CERN que con su particular obsesión pueden cargarse el planeta. Un riesgo que estamos corriendo desde hace unos años con el acelerador norteamericano de Broohaven: en 1999 y en 2000 uno de estos Power Rangers de la ciencia hizo lo propio ante los tribunales norteamericanos, que no han hecho nada por detenerlo, ya sea por desidia, incompetencia o por venderse al poderoso dólar de la potente y desconocida industria asociada a la física de partículas.
¿Qué riesgos estamos corriendo con estos megainstrumentos de investigación? Esencialmente cuatro. Uno, la creación de strangelets, unos estados de materia extraña que, al igual que el Rey Midas, son capaces de cambiar la materia ordinaria de la que estamos hechos por ese otro tipo de materia. Dos, por la creación de microagujeros negros que, cual embudo cósmico, absorberán la Tierra empezando por Ginebra. Tres, mediante la creación de monopolos magnéticos (diminutos imanes que sólo tienen el polo norte o el polo sur) y que provocarían la desintegración de los protones y, por ende, la de toda la materia conocida. Cuatro, creando burbujas de vacío cuántico, que podría llevarnos a otro universo donde lo más seguro no se darían las condiciones adecuadas para la vida.
Yo, por mi parte, voy a descansar tranquilo. Estos supuestos científicos Power Rangers ni tienen la formación mínima requerida para entender de lo que están hablando -algo que queda claro cada vez que abren la boca- ni han demostrado lo que afirman. Lo que dicen tiene tanta probabilidad de suceder como que en alguno de los detectores del LHC aparezcan mil Mariñas y medio centenar de Carmeles. Lo verdaderamente preocupante es que los medios de comunicación hayan prestado oídos a semejante chorrimemez. Por su culpa y la de esos salvadores Power Rangers una adolescente de 16 años se suicidó en la India temiendo el fin del mundo. Criminales.

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